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El Adviento como preparación para el Juicio

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28 Nov

El Adviento, como tiempo litúrgico, tiene una doble dimensión, nos prepara a recibir al niño Jesús y contemplar el Misterio de la Encarnación en el tiempo de Navidad y nos prepara para la segunda venida de Jesús, con todo su poder y gloria, para juzgar al mundo.

La lectura del evangelio del primer domingo de Adviento (Lc 21, 25-28.34- 36), nos prepara para esto último, se toma el discurso de Jesús en el Templo de Jerusalén, para que reflexionemos sobre su segunda venida. La misma creación dará señales de su venida, ésta se vuelve caótica, (el estruendo del mar y las olas). Esta imagen de la creación en caos nos remite a Gn 1, donde Dios pone orden en el caos a partir de su Palabra.

Al final de los tiempos, el mundo estará en caos, pero por la maldad e injusticia de los hombres, por eso tiene que volver a venir la Palabra de Dios, Jesús, para poner orden en la creación. Este orden de la Nueva Creación es a partir de su justicia, por eso Jesús en su Evangelio pide, que todos y con mayor razón los cristianos, perseveremos en la justicia.

El Adviento es un tiempo que nos regala la liturgia para que podamos reflexionar sobre cómo nuestros actos repercuten en el desarrollo de la historia humana, y cómo la injusticia, corrupción, pobreza y desigualdades que aquejan al mundo y en especial a nuestro país, es responsabilidad de todos. El Adviento es una llamada a la conversión, a vivir cada día, practicando la justicia y el amor de Cristo. Tiene también una repercusión moral, en cómo nos comportamos y hacemos uso de nuestro cuerpo, por eso, Jesús pide que nos guardemos del libertinaje, embriaguez y que no nos dejemos abrumar por las preocupaciones de la vida, para que cuando regrese, en vez de temor, nos regocijemos de alegría, porque la historia humana llegará su plenitud en Dios, y seremos nueva creación.

La pedagogía del Adviento es que con el mismo amor y admiración que contemplamos la venida de Dios como un niño indefenso, contemplemos con amor y confianza su venida como juez y Señor del mundo.

Luis Breña

Centro Bíblico San Pablo

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