El origen de esta Fiesta se da en el siglo IX, en algunas Iglesias dedicadas a la Santísima Trinidad, incluso hay una misa votiva en honor a ella compuesta por el Obispo de Lieja, Esteban (+920). Por el año 1030 la fiesta de la Santísima Trinidad se empezó a celebrar el primer domingo después de Pentecostés. Las Iglesias diocesanas comenzaron a seguir el ejemplo de las comunidades monásticas y la fiesta se extendió por toda Europa. El Papa Alejandro II (+1181) se opuso a esta fiesta, probablemente no veía necesaria una fiesta en honor a la Santísima Trinidad, porque durante todo el tiempo pascual, celebrado previamente en el calendario litúrgico, se ve la acción de las tres personas divinas en favor de la salvación del hombre. El papa Juan XXIII, introdujo la fiesta a la Iglesia universal.
Significado de la fiesta dentro de la liturgia a la luz de la Biblia. La fiesta no nos presenta una idea abstracta de Dios, sino nos presenta a un Dios vivo que se ha revelado a nosotros como tres personas divinas. Dios Padre es el Dios de Israel y Padre de nuestro Señor Jesucristo (2Co 1, 3; Ef 1, 3), su Hijo unigénito, quien ha rogado al Padre para enviarnos al Espíritu Santo para santificar a la Iglesia (Jn 14, 16). Y nosotros estamos llamados a vivir en esta íntima comunión trinitaria (2Co 13, 13), por el bautismo nos incorporamos a Cristo, nos hacemos hijos del Padre en Cristo y nos llena con su Espíritu. Por eso podemos vivir esta fiesta como un punto de llegada de un camino recorrido desde el Triduo Pascual hasta Pentecostés.
LA SANTÍSIMA TRINIDAD EN NUESTRA VIDA
El católico está llamado a participar de la vida Trinitaria, estando en comunión con Cristo para experimentar el amor del Padre en el Espíritu Santo. De esta forma, el varón y la mujer redimidos en Cristo son criaturas nuevas. Creer en un Dios que desde la eternidad es una comunión de personas, nos invita a redefinir nuestras relaciones con el prójimo y nos exhorta a amar como Jesús amó. Esta fiesta también nos invita a vivir la experiencia de Dios en clave familiar, experimentando el amor del Padre a través de la salvación del Hijo en el Espíritu Santo.
Luis Breña
Centro Bíblico San Pablo