El hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Es el origen de hombre; por lo tanto, es la identidad que nos acompaña, nos rige. Cuando Dios, en la primera lectura de la misa de hoy del libro del Génesis (2, 7-9; 3, 1-7), le pide al hombre que no coma del fruto del árbol del bien y del mal, Dios nunca le va a prohibir al hombre que sepa discernir entre el bien y el mal; al contrario, ahí está su felicidad; entonces qué significa esa prohibición, Bien y Mal, así juntos, quiere decir, que como humanos nunca podemos conocerlo todo, moriríamos, porque el único que conoce todo, y lo sabe todo, es Dios. Lo que el libro del Génesis le dice al hombre es que nunca será Dios, y por lo tanto siempre seremos seres limitados. Esta es nuestra identidad de origen y como humanos, hemos de vivir de acuerdo a nuestro ser original, cuando yo quiera perder mi ser original que llevo en mi interior, solo tengo que regresar a él. La sociedad está rebasando sus límites, lo que quiere decir que se está alejando de su ser original. La respuesta para la sociedad de hoy es regresar a su ser original. El hombre feliz sabe sus límites y se mantiene en ellos con la ayuda de su inteligencia y sentimientos.
Los límites humanos de Adán y Eva fueron invadidos por el demonio, perdieron su identidad de origen porque rebasaron sus límites. Cuando el demonio dialoga con Eva, le está diciendo, niégate a ser humana, a ser criatura; rechaza tu identidad. Le ofrece el delirio de grandeza. Crea un niño sin límites, concédele todo y será un niño infeliz, será un niño problema en la sociedad. Rebasa tus límites humanos, vive en el libertinaje y sentirás un vacío de infelicidad que te llevará al caos y al pecado.
Vive esta Cuaresma con más profundidad; ama tus límites, no escuches al demonio que te pide que rebase tus límites humanos porque te dejará superficialidad, siempre serás humano con sus límites y aunque la humanidad progrese en la ciencia, nunca lo abarcaremos todo. Solo Dios. No olvides que cuentas con el ejemplo de Cristo, cómo trata con el demonio. (Evangelio de hoy).
Cuando el demonio te pida que rebases tus límites humanos, que pruebes de todo, primero te faltarás al respeto humano, maltratarás tu identidad, tu ser original y le faltarás con facilidad al respeto a tus hermanos, esto se llama pecado.
P. Guillermo Gándara E. SSP