En esta obra el P. Ignacio Larrañaga hace una excelente recopilación de sus escritos pensada para cada día del año.

Como profundo conocedor del ser humano y de la realidad en que habita, sabe muy bien que la sociedad moderna tiende a satisfacer todas las necesidades del hombre, excepto la del sentido de la vida. Por eso el hombre de hoy corre peligro de caer en el vacío existencial, la mayor de las desgracias, que trae como consecuencia muchas veces la adicción a las drogas y los alucinógenos, como también el alcoholismo.

El sentido de la vida, desde la perspectiva del autor, es un camino para estar en armonía con los demás y con uno mismo. De este modo, al meditar cada día acerca del amor, de la familia, la compasión y la misericordia, las personas van encontrando la paz interior.