Con las palabras Nican Mopohua, que significan aquí se narra, da inicio el texto antiguo escrito en náhuatl donde se narran las apariciones de la Virgen de Guadalupe. Es importante acercarnos a estos relatos para conocer, venerar e invocar la intercesión de la Virgen del Tepeyac, Madre del verdadero Dios por quien se vive. Por lo tanto, hagamos nuestras las palabras dirigidas a san Juan Diego: Hijo mío, no te angusties. ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás en mi regazo? ¿Qué más necesitas?

Oración a nuestra Madre la Virgen de Guadalupe

Madre nuestra de Guadalupe,
te damos gracias porque te apareciste
para darnos tu amor y tu protección.
Concédenos paz, justicia y prosperidad.
Consuélanos en las tristezas
y ayúdanos en nuestras necesidades,
sobre todo a la hora de nuestra muerte.
Amén.