Eucaristía celebración de la fe
La celebración de la fe, con la Eucaristía como su fuente y cumbre, como nos lo dice la Constitución sobre la Sagrada Liturgia Sacrosanctum Concilium (n.10) del Concilio Vaticano II, es una dimensión esencial para nuestra vida cristiana. Recordemos a Próspero de Aquitania (s.VIII) que nos impulsa a descubrir el valor de la celebración litúrgica con su famosa frase: «lex orandi, lex credendi»: lo que rezamos y celebramos es expresión de lo que creemos y, al terminar la narración de la institución de la Eucaristía, aclamamos luego de la invitación del que preside: «Este es el misterio de fe», «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡Ven, Señor Jesús!». Todo ello nos abre una perspectiva para pensar, meditar y llevar a la vida lo que celebramos. Así nos lo recuerda la Carta Apostólica «Desiderio desideravi» de Papa Francisco, en la cual invita a toda la Iglesia a redescubrir, custodiar y vivir la verdad y la belleza de la celebración cristiana, así como sus consecuencias en la vida cristiana (n.16).