Mi nombre es Marcos Chininin Capaquira, de profesión educador en nivel secundaria de los colegios Pamer, también tengo 20 años desarrollando el arte del payaso y así, gracias al Señor, tengo la dicha de hacer en mi vida actividades que me generan satisfacciones personales y económicas.
La fe y el amor al Señor de los Milagros los recuerdo desde los años 80, cuando tenía 10 años. Mi abuela paterna me llevó por primera vez a la procesión. Luego pasaron los años, y en mi adolescencia se fortaleció mi fe, ya que la familia de quien era mi enamorada en esa época pertenecía a la Hermandad del Señor de los Milagros. Luego, al conocer a fondo la historia del Señor, cómo debía hacer para postular y los requisitos para ser nazareno, postulé durante cinco años. En mi promoción hubo postulantes que solo se demoraron un año para ingresar, pero entendí que “los tiempos de Dios son perfectos”. Hoy en día pertenezco a la Cuadrilla 19 del Señor de los Milagros de Nazarenas.
Uno de los primeros milagros del Señor en mi vida fue que, a pesar de haber convivido con muchas tentaciones a mi alrededor, como pandillaje, alcohol y drogas, y a pesar de venir de una familia disfuncional, con mucha libertad en mi tiempo libre y mucha rebeldía, fui tentado y tomé la decisión de no participar en ello.
También he tenido una operación de emergencia y logré una recuperación exitosa; dos parálisis faciales, sin ninguna secuela; estuve con covid–19, junto a mi esposa e hijos y nos recuperamos. La vida me ha brindado muchos momentos buenos y de eso estoy totalmente agradecido con el Señor de los Milagros.
Al estar en la Hermandad he conocido a hermanos en la fe que se convierten en familia, que están ahí en los momentos más difíciles. Igualmente he conocido el amor al prójimo, la solidaridad y la práctica de una vida católica.
La Hermandad promueve la ayuda social y el crecimiento en la vida de la fe y la devoción.
Entendí con el Señor de los Milagros que los tiempos de Dios son perfectos.
Marcos Chininin
Cargador de la Cuadrilla 19 HSMN