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    La Asunción de la Virgen María

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    • La Asunción de la Virgen María
    15 Ago

    Con mucha alegría reconocemos que en toda la historia de la humanidad nuestra Buena Madre ha tenido un papel muy importante en la vida de la Iglesia desde sus inicios. Y es que ya desde el siglo II los Santos Padres presentan a la Virgen María como la mujer asociada a Cristo en la lucha contra el mal que ha de desembocar en la victoria del bien. Ya lo dice San Juan Damasceno: “Convenía que aquella que había sido conservada intacta en su virginidad conservara intacto su cuerpo de la muerte…. Convenía que la madre de Dios poseyera lo mismo que su Hijo y que fuera venerada por todas las criaturas como Madre de Dios”.

    La Asunción de nuestra Madre en cuerpo y alma al cielo es un dogma de nuestra fe católica, definido por el papa Pío XII el 1° de noviembre de 1950 en la Constitución Apostólica Munificentissimus Deus (MD), donde se definió solemnemente que: la Virgen María fue elevada en alma y cuerpo a la gloria del cielo, donde resplandece como Reina a la diestra de su Hijo, Rey inmortal de los siglos (cfr. 1Tm 1, 17), (MD41). De esta manera María, la mujer llena de gracia, la virgen y madre, es la primera mujer resucitada después de Cristo: su vida de gracia es para nosotros puerta de la gracia; su maternidad nos devuelve en Cristo la dignidad de hijos queridos y su resurrección es la prueba de que también nosotros estamos llamados a participar plenamente de la vida de Dios en la fraternidad de la Iglesia. Por ello, con María, Dios convierte las promesas en realidad. Él sale de las sombras para realizar junto a los hombres una nueva historia basada en la gracia y la providencia, animándonos a apostar por Dios, a vivir con Dios y sobre todo a creerle a Dios.

    María asunta al cielo es la imagen escatológica de la Iglesia. La imagen bella de que nuestra humanidad no descansará hasta estar en el seno de Dios. Pidámosle a nuestra Mamá del cielo la gracia de buscar siempre a Dios, de creer en su Palabra y sobre todo de estar en su presencia (corazón) así como ella en la Asunción.

    Lic. Efraín F. Espinoza Carrasco

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