Se ofrece aquí una profunda meditación sobre el Espíritu santo en el pensamiento de san Pablo y san Juan.

Es una reflexión viva de habla del Espíritu con la sencillez y la naturalidad que son necesarias para llegar a una auténtica aventura con Dios.

Pablo y Juan hablan del Espíritu Santo y nos muestran el ideal de una vida que brota fresca y limpia como una fuente. El Espíritu es una fuente que vivifica, da fuerza, luz, fe y esperanza, para ser verdaderos testigos ante el mundo, tanto a nivel individual como a nivel de la comunidad eclesial.

Existe una maravillosa complementariedad entre amos apóstoles y el autor nos lo muestra con tal dinamismo, que nos sentimos animados a aceptar su invitación de aprender a exponernos al “soplo del Espíritu” para vivir cada día en el respiro de Dios.