Padre nuestro, que todos los pueblos te den gracias y te bendigan porque la salvación ha sido proclamada a todas las naciones por medio de los Apóstoles de tu Hijo. Te damos gracias por san Pablo, instrumento elegido para anunciar el Evangelio a los paganos y reunirlos en un solo pueblo.

Pablo, que perseguía a Cristo en su cuerpo que es la Iglesia, fue cegado por la gloria del Señor resucitado y la gracia no fue vana en él porque llegó a ser un instrumento para anunciar el Evangelio y padecer por él. Pablo, glorioso maestro, Apóstol incansable de Cristo, luz para apóstoles y maestros, ruega al Maestro de todos que dé al mundo paz y que muestre su misericordia con nosotros. Amén.