San Jerónimo de Estridón fue un prominente teólogo, erudito y sacerdote cristiano, que vivió en el siglo IV. Nació en el año 347 en Estridón, una ciudad situada en la actual Croacia. Desde joven, Jerónimo mostró una gran pasión por el conocimiento y el estudio de las Escrituras, lo que lo llevó a convertirse en uno de los más grandes expertos en la Biblia de su época.
Estudió en Roma, donde aprendió latín y griego, convirtiéndose en un destacado teólogo y escritor. En el año 382, corrigió la versión latina existente del Nuevo Testamento y en la década de 390 comenzó a traducir el Antiguo Testamento directamente del hebreo (ya había traducido fragmentos de la Septuaginta). Completó su obra en el año 405. Esta traducción, conocida como la Vulgata, se convirtió en la versión oficial de la Biblia para la Iglesia Católica durante más de mil años.
Además de su trabajo como traductor de la Biblia, escribió comentarios bíblicos, tradujo las homilías de Orígenes, mantuvo correspondencia epistolar con varias personas. Un hecho destacado fue su correspondencia con san Agustín de Hipona, en la que discuten cuestiones exegéticas y su traducción al latín de la Biblia. Escribió algunas obras de carácter apologético, la más conocida es su defensa contra la virginidad perpetua de María, a partir del análisis de la palabra adelfos (hermanos) en la Septuaginta y el Nuevo Testamento. Creía firmemente que la Biblia era la fuente de todo conocimiento espiritual, en sus propias palabras: "la ignorancia de las Escrituras es la ignorancia de Cristo".
Murió en el año 420 en Belén, donde había fundado un monasterio y vivió gran parte de su vida. Su legado como erudito y traductor de la Biblia ha dejado una marca indeleble en el cristianismo. Su traducción de la Vulgata ha estado vigente por alrededor de 1400 años hasta mediados del siglo XX, cuando el texto oficial de la Iglesia pasó a ser la Neo Vulgata. Su pasión por el estudio de la Palabra de Dios sigue siendo una fuente de inspiración para los cristianos. Se le considera el santo patrono de los traductores. El 30 de septiembre se celebra el día de la Biblia, conmemorando su encuentro definitivo con el Señor.
Luis Breña
Centro Bíblico San Pablo