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Con el Bautismo Iniciaste tu camino al Reino de Dios

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09 Ene

En el tiempo de Jesús, como ahora, la comu­nidad había desvirtuado el camino. Era in­aceptable. Los Profetas, poco a poco, venían anunciando un nuevo camino. Era necesario una nueva forma de vida. "Al llegar la plenitud de los tiempos", Juan el Bautista, anuncia que la huma­nidad está por entrar en ese nuevo camino. Juan prepara al pueblo invitándolo a la conversión; luego anuncia que llega Jesús a quien: "yo no me­rezco desatarle las correas de sus sandalias... Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego". Así inicia el nuevo camino para la sociedad, con el bautismo de Jesús que hoy recordamos.

MI TRANSFORMACIÓN

El nuevo camino para los bautizados lo conoce­mos en la vida Jesús y está descrito en su bautis­mo. Del cielo llegó una voz que decía: "Tú eres mi hijo, el predilecto, en ti me complazco". El día de tu bautismo recibiste la semilla del reino de Dios; fue depositado en tu interior. Ya eras su hijo, fal­taba que te inscribieran en la comunidad católica para que iniciaras el recorrido de un nuevo cami­no. Con el don de la gracia recibida y tu esfuer­zo cotidiano, estás invitado a hacer crecer ese rei­no de Dios que recibiste, pequeño como un grano de mostaza, para que un día el Padre celestial te diga: "Tú eres mi hijo, el predilecto, en ti me com­plazco". Pero no termina ahí: Jesús te regaló en su mensaje, el cómo recorrer ese nuevo camino. En el camino desvirtuado se decía: "ojo por ojo, dien­te por diente". Con Jesús el nuevo camino es di­ferente: Ama a tu prójimo como Dios te ama. Por lo tanto, podemos decir: "antes de Cristo, después de Cristo".

UN OBJETIVO CLARO EN TU VIDA

El nuevo camino que iniciaste el día de tu bau­tismo, alcanzará la plenitud cuando llegues a las puertas del reino de Dios y Jesús te diga: "pasa bendito de mi Padre a su reinado". Procura que este objetivo, pase lo que pase, siempre esté claro para ti y también para tu familia.

P. Guillermo Gándara Estrada   

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