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Joven, como Jesús, sé tú Esperanza para el Perú

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23 May

Nos encontramos celebrando el Jubileo ordinario dedicado a la esperanza. Por eso, a la luz de tan profundas reflexiones que nos viene regalando el Santo Padre Francisco quisiéramos dirigir nuestra atención, con amor y confianza, a los jóvenes de nuestra patria.

Recordemos las bellas palabras que Francisco dirige a los jóvenes al inicio del documento dedicado a ellos: “Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida” (Christus Vivit n. 1). Son los jóvenes los que viven, en nuestra realidad local, un contexto lleno de retos y situaciones que exigen una respuesta también desde la fe, pero una fe que esté encarnada y sepa ponerse en camino a prisa para servir a los pequeños y marginados (Cf. Lc 1, 39). De esta manera, podemos preguntarnos: ¿Cómo pueden los jóvenes ser esperanza para los demás? ¿Qué gestos, actitudes y acciones concretas pueden surgir desde esa fuerza poderosa que es la juventud?

En primer lugar, los jóvenes son llamados a estar con Jesús (Mc 3, 14), a buscarlo, conocerlo y seguirlo con libertad (Cf. Gá 5,1). Recordando la imagen de la vid y los sarmientos, sabemos que cualquier iniciativa pastoral, e incluso social, inspirada en el Evangelio, si no va unida a Él, no podremos hacer nada (Cf. Jn 15, 5). Esto implica asumir la condición de discípulos en su sentido más profundo.

Hemos sido amados, redimidos, elevados por su gracia y llamados a dar fruto en Él, con Él y por Él.

a la misión allí donde el Señor nos ha colocado. Vivimos un contexto marcado, muchas veces, por la injusticia, la violencia, la corrupción y la desesperanza. Reconociendo y asumiendo nuestra propia realidad y nuestras raíces podremos transformar nuestro entorno. No dejen que nadie los desprecie por ser jóvenes y “sin experiencia” (Cf. 1Tim 4,12), sino que sepan en quién han puesto su confianza: “Tú eres esperanza, Señor” (Sal 71).

Y, en tercer lugar, debemos ser nosotros mismos esperanza. Es la juventud, la que está llamada a ser fuerza vital y auténtica fuente de esperanza para el mundo, y, particularmente, para nuestro Perú. Cada gesto, actitud, iniciativa noble que promueva el respeto por la dignidad de la persona, la promoción del bien común y el cuidado de la creación será signo luminoso en medio de la oscuridad (Jn 1,5).

Mirando a Cristo como ideal del ser humano, afirmamos que “Él es la verdadera juventud de un mundo envejecido, y también es la juventud de un universo que espera con «dolores de parto» (Rm 8, 22) ser revestido con su luz y con su vida.” (Christus Vivit n. 32) Por eso, con profunda confianza te decimos: Joven, como Jesús, sé tú esperanza para el Perú.

Pbro. Rodolfo Silva Pacherre

Vicario de la Juventud

Arquidiócesis de Lima

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