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La Cátedra de San Pedro ¡Tú eres Pedro!

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23 Feb

Alguna vez –cuentan los Evangelios– el Señor le dijo a Simón Pedro: «Yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos» (Cf. Lc. 22,32). Esta frase tan sencilla y profunda, tiene un sentido único que describe la inmensa misericordia de Nuestro Señor y la confianza que tiene en nosotros. Porque, Sí, Dios sigue confiando todos los días en nosotros, apuesta por nosotros y sueña en medio de nosotros. San Cipriano, en el siglo III decía: «Se da a Pedro el primado para mostrar que es una la Iglesia de Cristo y una la Cátedra», es decir, el magisterio y el gobierno. Y para recalcar aún más la unidad, añadía: «Dios es uno, uno el Señor, una la Iglesia y una la Cátedra fundada por Cristo».

Sabemos por la tradición de la Iglesia que Pedro residió, durante algún tiempo, en Antioquía, la ciudad donde los discípulos empezaron a llamarse cristianos. Allí predicó el Evangelio, y volvió después a Jerusalén, donde se desató una sangrienta persecución por parte del rey Herodes, quien después de haber hecho degollar a Santiago, determinó también prender a Pedro. Liberado por el ministerio de un ángel, Pedro abandonó Palestina y se retiró a otro lugar (Hch 12, 17). Los Hechos de los Apóstoles no nos dicen a dónde marchó, pero por la tradición sabemos que se dirigió a la Ciudad Eterna.

Desde allí hasta su muerte, san Pedro significó para la primera comunidad de creyentes el baluarte sobre el cual la gracia y la reconciliación son propicias al ser humano. Nos recuerda además que la fe es intrínseca a nuestra naturaleza y, sobre todo, que aun en la debilidad podemos ser pastores que rigen la grey del Señor, confirman en la fe al pueblo de Dios y animan en la constante actualización de las verdades de fe, como el depósito de la Revelación.

La catedra de San Pedro es la vida de nuestro hermano que supo caminar tras el Señor, –aun con limitaciones y debilidades– y que sigue acompañando al pueblo y animando la fe como hoy lo hace nuestro Papa Francisco. San Pedro y nuestro hermano Francisco, nos recuerdan que nuestra vida está en manos de Dios, que es todo ternura y bondad. Esta es la génesis de la toda cátedra cristiana y evangélica.

Lic. Efrain F. Espinoza Carrasco.

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