La Comisión Episcopal de Biblia y Catequesis presentó en el 2017 el libro: «Palabra de Dios, Fuente de Vida», en el que se destaca el papel de la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia.
Palabra de Dios en la vida de la comunidad
El libro de los Hechos de los Apóstoles presenta la primera comunidad cristiana en la escucha asidua de la Palabra de Dios (cf. Hch 2, 42-47), que los discípulos predicaban fielmente y con valentía (cf. Hch 4, 29.31). Los Apóstoles tenían claro que la Buena Noticia tenía que anunciarse a todos los pueblos de la tierra (cf. Mc 16, 15). El ministerio de la Palabra era un pilar fundamental que no se podía descuidar (cf. Hch 6, 1-4).
En la Iglesia, Cristo es el que habla (cf. Jn 12, 49); su Palabra constituye a la Iglesia como pueblo de Dios. Iglesia y Palabra de Dios están inseparablemente unidas: La Iglesia vive de la Palabra de Dios y la Palabra de Dios resuena en la Iglesia, en su enseñanza y en toda su vida (DV 8). En la Palabra de Dios y en los sacramentos, Jesús cumple su promesa: "Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20).
La escucha de la Palabra
La lectura creyente de la Escritura implica obediencia a la Palabra, es decir, seguimiento de Cristo. El diálogo de Jesús con los discípulos de Emaús nos ofrece importantes claves:
- La Escritura permite comprender el plan de Dios: "¿Acaso el Mesías no debía padecer todo esto para entrar en su gloria? Y, comenzando por Moisés y todos los profetas, les explicó todo lo que en las Escrituras se refería a Él" (Lc 24, 26-27).
- Se abren los ojos al conocimiento y aceptación del plan de Dios: "Los ojos de ellos se abrieron y lo reconocieron, pero él desapareció de su vista" (Lc 24, 31).
- Así Jesús hace arder su corazón, que los introduce nuevamente en el camino de fe: "¿Acaso no ardía nuestro corazón cuando nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?" (Lc 24, 32).
Conferencia Episcopal del Perú y San Pablo, eds. Palabra de Dios, Fuente de Vida. Lima. San Pablo, 2017.