El ministerio, la predicación y las enseñanzas de Jesús, a menudo, implicaban una inversión de los valores sociales preestablecidos, en la cual se tiene una prioridad por los marginados, alejados y humildes, en contraposición con los poderosos. Esta es una manera de presentar un “reino al revés” porque desafía las normas imperantes de la época, y, de hecho, sigue siendo un tema central en la teología cristiana.
En Mateo 16, Jesús se dirige a todos los discípulos con una invitación impactante: insta a seguir sus pasos, acogiendo los valores y las exigencias del Evangelio para asemejarse cada vez más a él. Jesús propone que: “Si alguien quiere venir detrás de mí, se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga”, pide un cambio radical de valores que implique el rechazo de la lógica del interés personal, prestar atención a las necesidades de los demás, dedicar las energías para hacer feliz al prójimo. Este camino de liberación del egoísmo, puede comenzar en sus discípulos un crecimiento en humanidad, una conquista de la libertad que realiza plenamente la personalidad del discípulo. El camino del verdadero discípulo implica, por un lado, la renuncia a sí mismo, que no significa un cambio superficial, sino una conversión, un cambio de mentalidad y de valores; por el otro, el comportamiento de llevar la propia cruz.
Estas enseñanzas de Jesús, así como las parábolas, representan una inversión de los valores porque su propuesta es fundamentalmente el servicio, la pobreza, la humildad, el amor y la cruz. Jesús se relacionó con los pobres, enfermos y marginados, elevándolos con sus enseñanzas y acciones, a la vez que desafiaba la autocomplacencia de los lideres religiosos de la época. Esto se evidencia con claridad en sus enseñanzas cuando enfatiza el amor a Dios, por un lado, y al prójimo por el otro; incluso a los enemigos.
La propuesta de Jesús da prioridad a la búsqueda del Reino de Dios y su justicia, estos elementos son colocados por encima de las preocupaciones materiales y contrasta los valores de su reino con los valores del mundo. En sus enseñanzas propuso a sus discípulos: “buscar primero el reino de Dios” y a confiar en que las necesidades materiales serán satisfechas (cf. Mt 6, 33). Con esto se da una prioridad al Reino, por encima de las posesiones y deseos individualistas, este es otro aspecto significativo de la inversión de los valores del reino.
Hno. Naudy Mogollón, ssp