San Martín de Porres fue un fraile dominico del Perú, conocido como el primer santo mulato de América, así como por su labor de ayudar a los demás. Nació en 1579 en Lima. Hijo de Juan de Porres, hidalgo pobre, originario de Burgos, y Ana Velásquez, una negra liberta, natural de Panamá. Su hermana se llamó Juana. Martín aprendió y fue boticario, lo que le valió ser conocido como herbolario y curador de enfermos con remedios para los casos comunes. En 1594, Martín entró en el convento dominico de Nuestra Señora del Rosario de Lima, en calidad de aspirante a conventual, sin opción al sacerdocio, ni hermano lego. Ello, sin embargo, no cambió su situación social y el trato que recibiría por ser mulato y bastardo. Dentro del convento fue campanero y se destacó por su puntualidad y disciplina en la oración.
Dedicó su vida a curar y cuidar a los pobres a quienes mostraba una gran preocupación por ser los menos afortunados, por ello su dedicación, fruto de una es-trecha relación con Jesús y la Virgen Ma-ría, que lo llevó a vivir en servicio de dichas personas. Entre las muchas cosas que realizó para ayudar a su comunidad están: ayudar a los enfermos, servir comida, cuidar animales enfermos y callejeros, fundar hospitales y hogares para niños necesitados y abandonados y también dedicarse al cuidado de los moribundos, proporcionar comida, ropa y medicinas a quienes lo necesitaban y no tenían los medios para conseguirnos. Además, también se destacó por su humildad. Su ejemplo es modelo para muchos hoy, y su nombre es sinónimo de amor y servicio a los demás. Su legado nos inspira a todos a seguir su ejemplo y actuar con caridad en nuestra vida diaria.
Murió el 3 de noviembre de 1639 y fue canonizado por el papa Juan XXIII, el 6 de mayo de 1962. Es considerado el santo patrono de los mestizos y se le conocía como: «el fraile de la escoba», debido a su humildad y amabilidad. Su vida y milagros son ampliamente reconocidos y respetados en el Perú y en todo el mundo católico. San Martín de Porres fue ejemplo de amor al prójimo, caracterizándose por su compromiso de servir a los más necesitados.
Estas acciones son solo algunas de las muchas formas en que San Martín de Porres demostró su amor por sus semejan-tes y su devoción a Dios.
Winston Paz Bastarrachea
Mag. Teología