CARRITO DE COMPRA
    Total:S/0.00
    Seguir comprando Ver Carrito

    Santa Inés, testigo de pureza y fidelidad a Dios

    • Inicio
    • Santa Inés, testigo de pureza y fidelidad a Dios
    21 Ene

    Nacida en Roma en el año 291, murió en el 304. Su nombre, “Inés” proviene del nom­bre “Agnes”, y este, a su vez, del vocablo latino “Agnus”, cordero. Nació en una fa­milia noble y era una niña hermosa, por ello, ya a su corta edad, tenía muchos pretendientes, pero ella amaba a Jesucristo y le había ofrecido su castidad y su vida a él, por ello, no aceptó a ninguno de sus nobles pretendientes.

    Uno de esos pretendientes era el hijo del prefecto de Roma, quien, al sentirse desairado por Inés, la denun­ció a su padre por ser cristiana, esto ocurrió en plena Gran Persecución de Dioclesiano que condenaba a muerte a los cristianos, si no santificaban a los dioses romanos. Inés no renunció a su fe, ni a su compromi­so con Jesucristo, siendo llevada a un prostíbulo para que fuera humillada y ultrajada. Milagrosamente, no perdió su castidad. Se cuenta que el único hombre que intentó ultrajarla, quedó inmediatamente ciego.

    Inés escapó de ese lugar ayudada por unos ángeles, pero luego fue recapturada y condenada a muerte. «Se dice también que el verdugo, inquieto por el mons­truoso encargo de asesinar a una niña, hizo lo posible para convencerla de que acepte a alguno de los pre­tendientes, pero Santa Inés respondió: “sería una in­juria para mi Esposo esperar a ver si me gusta otro; él me ha elegido primero, él me tendrá. ¿A qué esperas, verdugo, para asestar el golpe? Perezca el cuerpo que puede ser amado con unos ojos a los que no quiero”».

    ¿Qué nos dice Inés hoy?

    El martirio de Santa Inés ha sido y es hoy un testimonio de valor, de fe, de pureza y fidelidad a Cristo. Tanto fue su amor a Jesús, que entregó su vida con una fortaleza ejemplar. Ni la tortura, ni la muerte pudo arrancar de su corazón su confianza y su compromiso con Dios. San Ambrosio nos decía: «No tenía aún edad de ser condenada, pero estaba ya madura para la victoria… Resultó así que fue capaz de dar fe de las cosas de Dios una niña que era incapaz legalmente de dar fe de las cosas humanas». Que mantengamos la pureza de nuestra fe intacta y el valor de dar testimonio de ella.

    Equipo Paulino

    Scroll To TopScroll To Top
    cerrar