“Mañana llega un contenedor de biblias desde España”, escuché en una cena de la comunidad. Tenía apenas un mes de haber ingresado al aspirantado paulino y aquello me parecía llamativo. Con mis compañeros de aquel tiempo no pudimos quedarnos mirando aquel camión lleno de cajas con biblias latinoamericanas, porque, inmediatamente nos pusieron manos a la obra para llevar las cajas al depósito. Junto a nosotros estaban los padres de la comunidad, cuya sonrisa en el rostro, misteriosamente me llamaba a sentirme contento. El cansancio en los brazos cedía el paso a una realidad muy paulina, anhelo ferviente de nuestro Fundador, el beato Santiago Alberione: “Una biblia en cada hogar”.
En efecto, la intuición del Padre Alberione para que la Palabra de Dios llegue a los hogares estuvo presente desde los inicios de los paulinos. Todo comenzó en una pequeña imprenta, donde veían la luz los boletines con la misa dominical, y en ellos, la Palabra de Dios. Aprendimos que esos impresos al contener la Palabra viva, tenían valor de predicación: ¡A cuántos lectores podía llegar la voz del Señor! Con la evolución de nuestras imprentas se asumió el trabajo de producir biblias en nuestros talleres. Así, en 1924, Alberione funda la Sociedad Bíblica Católica Internacional (SOBICAIN), con el fin de promover una organización que estudie, produzca y difunda la biblia en sus diferentes traducciones, con un lenguaje pastoral, acorde a los muchos pueblos donde la biblia era exclusiva de los teólogos. En 1960, san Juan XXIII aprueba los estatutos de la SOBICAIN, elevando dicha institución a la categoría de Pía Unión Primaria. Con el visto bueno papal, el trabajo paulino tomó mayor fuerza, promoviendo diversas traducciones de la biblia, como por ejemplo la llamada “Biblia Latinoamericana”. Además, los paulinos hemos acompañado o presentado traducciones como “El libro del Pueblo de Dios” (Argentina), “A Biblia Pastoral” y la “Nova Biblia Pastoral” (Brasil), “Nuestra Sagrada Biblia” (Colombia) y ediciones del Nuevo Testamento, tanto de la Biblia Latinoamericana como “El libro de la Nueva Alianza” en Argentina. Hace unos cuantos años vio la luz la versión en castellano de la “Biblia Pastoral”, la cual podemos decir que es una biblia paulina. Todo ello es acompañado por diversas iniciativas formativas bíblicas que se desarrollan desde el Centro Bíblico San Pablo: cursos, charlas y, en las últimas décadas, diplomados bíblicos con diversas universidades.
Hace unos días, en Santiago de Chile, luego de los años de la pandemia y otras vicisitudes llegó un contenedor de biblias. Ya como sacerdote me tocó recibir las biblias junto con los trabajadores y la comunidad. Nos arremangamos y aprontamos para bajar las cajas de nuevo. Era volver a los inicios. Era recordar que la intuición del Padre Alberione sigue viva y necesaria: Una biblia en cada hogar, la voz de Jesús Maestro en los corazones. He ahí nuestro lugarcito en la Iglesia: enseñar, editar, difundir.
P. José Miguel Villaverde, ssp