Posiblemente no te has preguntado por el sentido de la vida en medio de la pandemia. Lo más probable es que te hayas preguntado por qué Dios ha permitido esto, o por qué muere tanta gente y muchos otros porqués. Seguramente no hayas tenido respuestas en el momento en que otras personas, incluso en duelo, buscaron una respuesta a esta pregunta. Y por naturaleza no vemos la otra cara de la moneda, emprendimientos, reinvenciones, nuevas relaciones, posibilidades de crecimiento personal y comunitario.
La pandemia tiene que ver con la vida, con nuestra vida y cabe la pregunta si tiene sentido esta vida en pandemia, una pregunta ineludible y que necesariamente debe ser respondida para no caer en lo que Viktor Frank, psiquiatra y neurólogo austriaco sobreviviente de los campos de concentración durante la segunda guerra mundial y fundador de la Logoterapia, tercera escuela vienesa de psicoterapia llamó neurosis noógena, es decir, trastornos y alteraciones emocionales sin que haya lesiones en el sistema nervioso, sino por falta de sentido de la vida. Echamos culpa al estrés laboral de todos nuestros “achaques” cuando en el fondo enfermamos por falta de sentido en aquello que hacemos y en los entornos donde nos desarrollamos. Surge entonces la depresión, la angustia, la ansiedad entre otros.
Es aquí donde nuestra inteligencia espiritual, aquella que nos permite preguntarnos por el sentido de nuestra existencia y autotrascendencia, inteligencia que nos lleva a trascender y a no quedarnos en la inmanencia psicofísica cobra sentido y nos lleva no a preguntarnos ¿Por qué la pandemia? ¿Por qué a mí? ¿Por qué a mi familia?, sino ¿Para qué? y desde nuestra fe ¿Para qué Dios permite las muchas circunstancias que vivimos? Frankl diría que debemos desarrollar el optimismo trágico, es decir, la búsqueda de una necesidad de dar sentido a la vida a pesar de las inevitables tragedias que experimentamos.
Debemos ser conscientes de que el sentido de la vida es personal, nadie nos lo indicará, nadie lo sabe, ni nosotros mismos. No habrá necesariamente un solo sentido válido para toda la vida, lo que hoy da sentido a mi vida, tal vez mañana no sea así. Eso significa que toda nuestra vida es una búsqueda existencial y una búsqueda iluminada por la fe.
Cuando encontremos el para qué de nuestra existencia aquí y ahora, en estas circunstancias podremos afirmar con total certeza que Dios da sentido a nuestra vida en medio de la pandemia.
Winston Paz Bastarrachea
Teólogo Coach
Autor del libro Inteligencia Espíritu y el Sentido de la vida - Ed. San Pablo
Estas y muchas más preguntas son contestadas en el libro Inteligencia Espiritual y el Sentido de la Vida. Pueden adquirirlo en nuestra Librería Virtual haciendo click en el siguiente enlace https://is.gd/G75vTI