El Domingo 24 de este mes, se celebrará en toda la Iglesia universal la Jornada Mundial de las Misiones, conocida como DOMUND, fecha que actualiza nuestro compromiso y responsabilidad de testimoniar a Cristo al mundo. El papa Francisco, en su mensaje anual para esta ocasión, subraya que esta Jornada es momento de «recordar especialmente a quienes fueron capaces de ponerse en camino, dejar su tierra y sus hogares para que el Evangelio pueda alcanzar sin demoras y sin miedos esos rincones de pueblos y ciudades donde tantas vidas se encuentran sedientas de bendición».
«No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído» (Hch 4, 20)
El papa Francisco propone esta cita como lema del año, subrayando que, «Cuando experimentamos la fuerza del amor de Dios, cuando reconocemos su presencia de Padre en nuestra vida personal y comunitaria, no podemos dejar de anunciar y compartir lo que “hemos visto y oído”». La Iglesia es enviada(misionera), para ser testigo del amor inconmensurable del Hijo de Dios que dio su vida en la cruz por la salvación de la humanidad y anunciarlo hoy, sigue siendo un desafío. Recordamos a los 20 misioneros que han muerto en forma violenta en el año 2020, ocho de ellos en nuestro continente. La Iglesia no ha dejado de vivir el martirio, pero más allá de desanimarla, la sangre derramada por estos nuevos mártires, la fortalece. Tampoco podemos olvidar en estos tiempos de pandemia, a cientos de sacerdotes y religiosos, capellanes de hospitales, enfermeras que murieron durante su servicio, haciendo todo lo posible por ayudar a los enfermos de covid-19. Solo en Europa, en el año 2020, murieron más de cuatrocientos sacerdotes dedicados a la atención médica o pastoral de los fieles enfermos y la situación no ha sido diferente en otras partes del mundo, como en Perú.
confirmamos que la Iglesia está viviendo un nuevo tiempo, frente a un mundo herido por la pobreza y la enfermedad, más que nunca se hace urgente vivir la misión desde el modelo del Buen Samaritano, que se comprometió con el hombre herido al borde del camino y sin importar que éste fuera de otra cultura o religión, se acercó, lo curó y proveyó su recuperación. Los misioneros llevan mucho tiempo asistiendo a los más pobres del mundo, y a nosotros hoy, nos toca hacer lo propio con todos aquellos prójimos que nos necesitan.
Fuente:
- Papa Francisco, Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2021
-Papa Francisco, Encíclica Fratelli Tutti
- Agencia Fides, informe 2021
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