Recuerdo el comentario que hizo una abuelita refiriéndose al dogma de la Asunción, "Padrecito, a mí no me importa saber dónde están los huesos de la virgen María; creo en Dios y le pido que acepte el obsequio de mi fe. Lo que sí me interesa es amar a la virgen María con toda mi alma, sentir su amor, su protección, su intercesión y siempre dejo a Dios ser Dios. A esta abuelita creyente, Dios le regaló una fe sencilla y sobrenatural. Esta es la gracia que debemos pedir a Dios hoy 15 de agosto, una fe sobrenatural y dejar a Dios ser Dios.
PALABRAS DEL PAPA PÍO XII
Recordemos las palabras del papa Pío XII, cuando expuso los motivos para proclamar el dogma que hoy celebramos: “La Iglesia universal... pide que sea definido como dogma de fe divina y católica la verdad de la Asunción corporal de la Bienaventurada Virgen María al Cielo: verdad fundada en la Sagrada Escritura, profundamente arraigada en el alma de los fieles, confirmada por el culto eclesiástico desde tiempos remotos, sumamente en consonancia con otras verdades reveladas, espléndidamente ilustrada y explicada por el estudio de la ciencia y sabiduría de los teólogos”.
CONTEMPLEMOS LAS PALABRAS DE SAN PABLO EN LA SEGUNDA LECTURA DE HOY.
La virgen María participa de la resurrección de Cristo en plenitud, gracia y don, tal y como lo haremos nosotros al final de los tiempos. San Pablo en la segunda lectura de hoy, profundiza en el tema: “Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos. Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo; pero cada uno en su orden: primero Cristo como primicia; luego, a la hora de su advenimiento, los que son Cristo”. La Virgen participa de esa “primicia” respecto a nosotros. Comprender desde nuestra humanidad la Resurrección y la Asunción con las categorías humanas es difícil. Por el momento, mientras no participemos de la resurrección de Cristo, dejemos a Dios ser Dios.
EQUIPO PAULINO